La vida que nunca imaginé
Antes de ser empleada de servico, Odalinda González fue esposa y profesora de Biología en la Universidad de Oriente en Venezuela. La vida no solamente la ha llevado a pasar por momentos difíciles, sino que también ha querido desistir de su propia vida. Nacida en Ciudad Bolivar en el año de 1981, a pesar de sus adversidades ha logrado superarse y ser una mejor persona, apesar de sus tormentas que aún parecen no tener final. Para nadie es un secreto que Venezuela vive un momento crítico en sus historia desde hace varios años, debido a la presidencia de Nicolás Maduro, actual presidente de Venezuela. Problemas políticos, económicos, sanitarios y alimenticios, es por esto que varias personas que habitan ese país han decidido buscar otros horizontes, otras alternativas que les permita tener una mejor vida o aún más, recuperar la vida que algún día tuvieron.

Odalinda fue esposa de Rubén Armando Sarmiento, más conocido como el ¨Negro”, se conocieron en un barrio muy famoso en la década de los años 90s, fue allí donde nació un gran amor, el cual prometía cosas maravillosas para la vida de ambos, sin embargo, Odalinda se llevaría una gran decepción y arrepentimiento unos años después, luego de conocerlo por “completo”. Por el momento todo era color de rosa, como dicen por ahí, el amor al principio es tan bonito y tan maravilloso que nada puede separar una relación tan “perfecta”, pero luego de unos meses todo se vuelve tan oscuro como la noche, una noche eterna que parece no tener fin.
-Parezco un payaso que aparenta ser feliz y seguir adelante, cuando mi vida en realidad esta llena de tristeza, en resumen es una mierda.
Pasaron varios meses siendo novios y cuando menos lo pensaron, ya se estaban casando, fue una época muy feliz para ella, ya que, fue un matrimonio soñado, ambas familias contribuyeron a que fuera un evento memorable y único, tanto así que hasta ahora sigue intacto ese bello recuerdo de ese día tan especial para Odalinda. Luego de que pasaran unos años más, Odalinda decidió salirse de trabajar como profesora de biología, con todo el dolor del alma, luego de varios años como profesora, se alejó del mundo de las aulas en la universidad, ya que su esposo le dijo que debería quedarse en la casa para poder llegar a tener una hija, esto debido a que les encantaban los niños. Nueve meses después del nacimiento de su hija, María José, empezaron los problemas, ya que, la carga económica era cada vez más pesada, Rubén se quedó sin trabajo por la crisis que empezó a afrontar su país, y este se empezó a desesperar, tanto así, que decidió desquitarse con su ¨amada esposa¨, agrediéndola verbal, física y psicológicamente. Odalinda estaba sometida a su esposo, él cual no dejaba de agredirla, todos los días le decía “buena para nada, desgraciada, mantenida”, Odalinda por el amor a su hija, no quizo denunciarlo, ya que creía que las cosas se podían solucionar, pero luego se dió cuenta de que esta situación no era tan fácil de solucionar y que cada día las agresiones aumentaban.
Su esposo era un manipulador, machista, que se aprovechaba del amor y entrega que le tenía su esposa, obligándola así, a realizarle la comida, aseo, atender a la niña, y sobre todo aguantarselo cuando llegaba borracho a la casa, de una manera agresiva y compulsiva, adueñándose de ella sexualmente, obligándola a tener sexo forzado, mientras su hija lloraba por los gritos de su madre. Los vecinos parecían no darse cuenta de lo que estaba pasando o quizás no intervenían por el miedo de cómo podía reaccionar Rubén. Odalinda sufría al salir a la calle, la gente se le quedaba viendo con lástima, se sentía miserable llevando una vida que no se merecía. Su familia nunca se enteró de nada, ya que solo hablaban por teléfono, debido a su lejanía de residencia, y que varios familiares estaban emigrado a las fronteras debido a la situación tan deplorable que estaban viviendo cada uno, todo esto la ponía aún mas triste llevándola a la decepción y frustración de haberse convertido en una esclava de su propio esposo.
Todo se convirtió en una rutina, tanto así, que era normal ver cómo su propio esposo llegaba tomado, con perfume de otras mujeres, porque según Odalinda, cada día olía a un perfume diferente, luego se dió cuenta que se acostaba con prostitutas y que su esposo hacía tríos y orgías con sus amigos.
-Era una cosa aterradora, vivir todo eso en carne propia.
Como antes nos había contado, ella dejó su trabajo por cuidar a su hija y estar en la casa, como consecuencia se quedó 2 años y medio aguantando los golpes de Rubén, desempleada y sin ganar un solo centavo. La reinserción a su vida laboral no fue tan fácil, tuvo que pasar por hambruna, frío, y sin hogar, ya que la casa estaba en arriendo y ya no había quién se encargara de asumir esos gastos y los de su hija. Vivió en el suelo junto con su hija, debajo de un puente, en el peligro de la calle que nunca se imaginó vivir, un mundo de drogas, morbosidad, sustos y lo peor de todo ser tratada como animal junto con su hija, por parte de los policías.
-Venezuela perdió todo respeto frente a sus habitantes, ni la fuerza publica nos protege, antes nos agrede y si los desafías hasta te matan, no es el mismo país donde crecí.
Entre 2015 y 2017 la migración de venezolanos a todas partes del mundo se incrementó en 132%. En el caso de los que se dirigen a países de Suramérica el aumento fue de 895%. En cifras netas, en este par de años, salieron de Venezuela aproximadamente 925 mil personas, que suman globalmente, en los últimos 13 años, un millón 622 mil personas. De ellas, un millón 552 mil 407 se distribuye en 15 países: 885 mil 891 venezolanos en naciones suramericanas y el resto en 3 europeas.
-Me tocó convertirme en prostituta y afrontar la realidad de mi vida, contarle a mi familia lo que me había sucedido y por lo que estaba pasando junto con mi amada hija, ellos decidieron quedarse con ella, me sentía avergonzada de que mi hija durmiera en el suelo, élla no merecía estar pasando lo mismo que yo.
-“Que Dios me perdone, me quise suicidar y dejar de vivir en un mundo que no valía la pena”, repite con frecuencia esta frase, ya que la desesperación y las pocas oportunidades que le brindaron en su país, la llevaron a convertirse en un objeto sexual. Todo esto con el fin de mantenerse élla misma, y pagar la escuela, alimentación y ayudas a sus familia por mantener a su hija.
Luego de unos años, de ahorro y las ganas de buscar una mejor vida, decidió emigrar hacia Colombia, debido a las grandes oportunidades que el pueblo colombiano brindaba, ya que había abierto la frontera para ayudarlos con la crisis que estaban enfrentando. Lo bueno de todo esto es que algunos de sus familiares que ya estaban en Colombia lograron ayudarla al principio, conociendo la ciudad de Bogotá. Empezó como cualquier otro venezolano, buscando empleo, pero lastimosamente no la dejaban trabajar por no contar con ciertos requisitos o por ser extranjera, sin embargo ella no se dio por vencida y empezó a buscar otra solución, vender en el Transmilenio. Lo que no pensó, es que fuera tan difícil porque había más compatriotas de ella vendiendo en el mismo sistema y aparte los colombianos. Al pasar el tiempo logró mantenerse y encontrar un trabajo digno, aunque no consiguió lo que quería, encontró un puesto como empleada del servicio en una residencia en el norte de Bogotá, en la cual viví todos los días, aunque esto no le permitió vivir con su hija de nuevo y tener una familia, pudo salir adelante superando los obstáculos y retos que le colocó la vida. Todo esto gracias a que un día sus familiares le llamaron y le dijeron que estaban buscando una empleada de tiempo completo en una casa por los lados del cementerio de jardines del recuerdo, ella desesperada por obtener ese trabajo, al día siguiente se presentó y la aceptaron, porque encontrar una empleada de tiempo completo nunca es fácil, pero como ella era de otro país y no tenía familia a su lado, pues le fue mucho mas fácil acoplarse a ese trabajo. No obstante, a pesar de que ella trabaja todavía en la casa de los patrones por tiempo completo, los fines de semana cuando tiene tiempo libre o los patrones se van de viaje ella aprovecha y sigue vendiendo en el trasmilenio con el fin de que su hija tenga una mejor vida y que ella pueda enviarle más dinero desde Colombia hasta Venezuela.
Según las cifras entregadas hoy, en el país hay contabilizadas 106.476 familias de las que 98.516 son mujeres -3.914 de ellas se encuentran en estado de embarazo y 105.285 son hombres. Hay un conteo de 48.164 niños, niñas y adolescentes y un registro de 17.255 personas que pertenecen a grupos indígenas, raizales y afrodescendientes.
Entre los datos claves que arrojó el censo fue el de ubicar las grandes concentraciones de venezolanos en el país, se encontró que hasta la fecha Norte de Santander y La Guajira son los que mayor presencia de migrantes presentan por ser cercanías de frontera. El primero tiene un registro de 48.393 venezolanos y el segundo uno de 44.472. A estos departamentos les siguen Bogotá con 20.584, Arauca con 19.080 y Magdalena con 13.340. Migración Colombia estima que en Colombia hay más de 550 mil venezolanos, cifra que revela un incremento cercano al 62% respecto al mismo informe presentado en el 2017. En materia de ingresos, durante el año anterior 796 mil venezolanos entraron al país, de los cuales, el 34%, es decir cerca de 276 mil, regresaron a Venezuela una vez se cumplió el tiempo de su permiso de permanencia. “Mientras que el restante del total de ingresos, como se mencionó anteriormente, salió hacia terceros países o bien, permanece dentro del territorio nacional de acuerdo con los permisos de ingreso otorgados”, señala el informe.
A través de los 30 mil controles y procedimientos de verificación, la entidad sancionó económicamente a más de 4 mil venezolanos y deportó a más de 1.500 durante los últimos 12 meses, pues algunos de ellos permanecían de forma irregular en el país, o sus condiciones de permanencia no se ajustaron a la normativa. De igual manera, 600 empresas fueron sancionadas por contratar extranjeros sin cumplir con todos los requisitos de la ley.
Ahora a pesar de que su vida sigue teniendo ciertos retos difíciles de superar, élla siente que luego de lo que pasó, ya nada es imposible, logró superarse y aún lo sigue haciendo, busca ser una mejor persona cada día y poder reconfortase completamente, olvidando todo lo sucedido. Su familia nunca llegó a enterarse de su trabajo como prostituta y quiere que nunca lo sepan, solo le importa que su país vuelva a ser como antes y que pueda volver a ver a su hija y familiares, quienes anhela ver.
-Finalmente deseo encontrar una felicidad plena, quiero decir que por más duro y piedroso que sea el camino, debemos aprender a seguir adelante, sin importar el miedo que tengamos de afrontar una sociedad llena de personas que solo buscan dañarte y herirte, luchen por sus sueños y nunca olviden ser felices, lo mejor está por venir.
Bibliografía
2018. (s.f.). Obtenido de https://www.eltiempo.com/datos/cuantos-venezolanos-estan-saliendo-de-su-pais-y-a-donde-se-dirigen-189354
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Sánchez, M. C. (2018). Obtenido de https://www.radionacional.co/noticia/venezuela/cerca-de-110-crecio-flujo-migratorio-de-venezolanos-colombia-2017-migracion
David Santiago Chamorro
Comunicador social- periodista
